viernes, 9 de septiembre de 2011

Nuevas lecciones, nuevas dudas

De nuevo empieza el cole, y Cristina de nuevo volverá a estudiar y aprender nuevas cosas. El año pasado aprendió los diferentes tipos de animales: mafímeros, peces, reptiles...

De los mamíferos aprendió que nacen de la tripa de su madre, esto le quedó bastante claro. Pero a la vez le creó otras dudas: ¿Qué nacía de los hombres gordos? En ocasiones se acercaba a ellos y les tocaba la tripa. Nosotros avergonzados pedíamos perdón al señor en cuestión, aunque no hubiera hecho falta porque les resultaba bastante gracioso.

Al contrario que cuando me tocaba a mí, porque me quedaba un poco desilusionado.

7 comentarios:

  1. Fernando, sólo decirte que me gustan todos los relatos sobre Cristina. Los he ido siguiendo este verano, aunque sin capacidad de respuesta.

    Gracias por todo y un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. una pregunta de que forma esta escolarizada Cristina, en apoyo a la integración o aula especifica. gracias de antemano, yo tengo la duda con mi hijo que ya tiene 14 años.

    ResponderEliminar
  3. Hola Alberto, nosotros vivimos en Navarra. El aula donde estudia Cristina le llaman Aula de transición. Son aulas especiales, máximo 5 alumnos, dentro de colegios normales. Los niños estudian estas aulas pero tienen un grupo de referencia, al que acuden para recibir ciertas materias. Lo que los profesores consideren oportuno.
    Cristina ahora está en 5º de primaria, pero su curriculum es específico para ella.
    Espero haberte podido explicar bien.Gracias por leer el blog. Fernando.

    ResponderEliminar
  4. muchas gracias a ti, hace mucho tiempo que lo leo en Andalucia es parecido aunque aqui las denominan especificas y estan dentro de un colegio ordinario, pero depende mucho de la afectción de los alumnos ya que normalmente tienen diferentes edades y problematicas. un saludo desde Sevilla

    ResponderEliminar
  5. Fernando,Mi hijo también tocaba las panzas de los hombres cuando era chico. Es que todo lo redondo, los senos, las colas le llamaban a tocarlos. Nos fué metiendo en líos a medida que crecía, se ligó bofetones y reacciones de enojo y comentarios sobre su madre, etc. Ya en la adolescencia dejó de hacerlo, menos mal! Qué bueno Cristina esté aprendiendo todo eso!

    ResponderEliminar
  6. Jajaja, buenas tardes Fernando, me imagino la escena y me parto intuyendo la cara del feliz propietario de tan maternal signo de opulencia, supongo que le traerá suerte.Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Me encantan las aventuras de Cristina, de lo cotidiano nos cuentas una historia. Un beso bego

    ResponderEliminar