viernes, 28 de marzo de 2014

Aprendiendo juntos

El míércoles pasado, Cristina tenía fiesta por la tarde y nos pusimos a hacer galletas extra crujientes, aquí está la receta.

La masa fue bastante fácil elaborarla, nuestros problemas empezaron cuando quisimos hacer las galletas con los moldes que habíamos comprado. Las galletas debían tener forma de ositos o corazones, pero no terminábamos de conseguirlo.

Poco a poco fuimos mejorando nuestra técnica y las galletas -cada vez mejor formadas- iban ocupando su lugar en la bandeja del horno.

Después de hornearlas el tiempo preciso, incluso Cristina que es  reticente a comer galletas que no lleven chocolate, las comía complacida. De hecho ya no queda ninguna.

Como ni ella ni yo nacimos aprendidos, por un momento estuvimos los dos al mismo nivel  y aprendiendo juntos. Pero con Cristina  ha sido siempre así. Desde un desconocimiento total del autismo hemos ido aprendiendo y mejorando poco a poco.