El míércoles pasado, Cristina tenía fiesta por la tarde y nos pusimos a hacer galletas extra crujientes, aquí está la receta.
La masa fue bastante fácil elaborarla, nuestros problemas empezaron cuando quisimos hacer las galletas con los moldes que habíamos comprado. Las galletas debían tener forma de ositos o corazones, pero no terminábamos de conseguirlo.
Poco a poco fuimos mejorando nuestra técnica y las galletas -cada vez mejor formadas- iban ocupando su lugar en la bandeja del horno.
Después de hornearlas el tiempo preciso, incluso Cristina que es reticente a comer galletas que no lleven chocolate, las comía complacida. De hecho ya no queda ninguna.
Como ni ella ni yo nacimos aprendidos, por un momento estuvimos los dos al mismo nivel y aprendiendo juntos. Pero con Cristina ha sido siempre así. Desde un desconocimiento total del autismo hemos ido aprendiendo y mejorando poco a poco.
Buenos días Fernando. Con vosotros vamos aprendiendo también un poquitillo nosotros y me sumo al grupico de la señorita que no come galletas que no lleven chocolate, es una cuestión de principios. Un abrazo.
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