viernes, 30 de marzo de 2012

Un muñeco con capuchón

Cristina fue con su madre a ver una exposición  de PlayMobil. En casa también tenemos algunos y cuando volvió se acordó de cuatro que tenía en su habitación.

Todos con gorro, excepto uno, que por no tener no tenía ni pelo. - "¿Dónde está el gorro?" Era la pregunta que nos hacía a cualquiera que estuviéramos cerca.

No le hacíamos demasiado caso porque, en nuestro mundo, un muñeco sin gorro puede vivir sin problemas  con otros que sí lo tengan. Pero en el suyo esa falta de uniformidad hay que solucionarla.

El domingo nos fuimos de excursión -junto con los Playmobil- y comimos nuestros bocadillos de tortilla bajo la sombra de una encina. El suelo estaba lleno de capuchones de bellota. No le fue difícil encontrar uno de la talla del muñeco, solucionar la diferencia de vestuario y restablecer el equilibrio perdido.


jueves, 22 de marzo de 2012

Una sorpresa


San José, día del padre. Como siempre había madrugado y ya estaba desayunando cuando se abre la puerta de la cocina y aparece Cristina:

- "Hola papá, toma una sorpresita"

Me quedé con la boca abierta, había ocultado su regalo durante todo el fin de semana y sin que nadie le dijera nada ese día me lo entregó. Abrí su "sorpresita" y me encontré con el dibujo y el texto que aparecen arriba.

Por desgracia, ninguno de los dos se acerca a la realidad. Bueno, el retrato sí, porque la sonrisa que me quedó en la cara era muy parecida a la del dibujo.



viernes, 16 de marzo de 2012

Autocontrol

Si hay algo en que Cristina tiene que mejorar es a controlar sus frustraciones. En bastantes ocasiones no ocurre nada, pero otras veces si ella piensa que se está cometiendo una injusticia con ella o que tiene derecho sobre algo, sus reacciones  pueden ser muy exageradas.

El sábado pusimos a la hora de comer patatas fritas en una fuente de cristal. Cristina se había portado bastante mal en la comida y  además quería coger las patatas para llevárselas al cuarto de estar.

La fuente ya estaba vacía pero todavía quedaban en la bolsa, su madre y yo nos negamos en redondo a ponerle más. En un arrebato cogió la fuente, se la llevó al cuarto de estar y elevándola con fuerza sobre su cabeza hizo ademán de estrellarla contra el suelo.

No sé que pensamiento  hizo detenerla en el último momento, pero al final la fuente entera y sin un rasguño volvió a la cocina. Desde la cuál su madre y yo habíamos observado impertérritos toda la acción., aunque no pudimos evitar un suspiro de alivio.

Puede decirse que los tres supimos mantener nuestro autocontrol.



martes, 6 de marzo de 2012

Preparando la Javierada

El jueves Cristina va a hacer su Javierada. Esta tradición  consiste en ir andando hasta el Castillo de Javier, lugar de nacimiento de San Francisco Javier. El destino es siempre el mismo, el inicio del camino depende de cada uno. Cristina va con su colegio y la harán desde Sangüesa a unos 6 kilómetros del castillo.

Es mejor ir preparado por eso, el sábado ella y yo nos fuimos a andar. Antes de salir se lo dije: -"Cristina, vamos a preparar la Javierada. Iremos andando hasta el bar de la tía Maite"

No le dije gran cosa, porque de inmediato me preguntó: -"¿Cuántos metros?" Le dije una cifra aproximada  que me apunté mentalmente para que la próxima vez que me preguntase decirle una cifra menor.

Cuanto más aprende Cristina más fácil es tratar con ella solamente con un pequeño esfuerzo por nuestra parte.

Cada uno tiene su motivación para ir a Javier. Cristina no creo que sepa cuál es la suya. Pero el jueves yo me acordaré por ella para pedirle al Santo, en su nombre, que siga aprendiendo tal como lo está haciendo hasta ahora o mucho más.