jueves, 30 de agosto de 2012

En el Líbano


Elsa es es una amiga de mi mujer que se ha ido a vivir al Líbano para trabajar en PRODES, organización que fomenta y promueve oportunidades de trabajo para mujeres jóvenes.

Cristina y ella  se han visto muy pocas veces, sin embargo a cada poco nos está preguntando dónde está. Incluso cuando había bombones para repartir le ha guardado uno. Aunque luego -pensando quizás que estaba demasiado lejos- prefirió comérselo ella misma.

Ayer consiguió entrar en el correo electrónico de su madre, la pillé justo cuando estaba terminando de escribir un mensaje para Elsa. Como su madre y ella comparten el mismo nombre encabezó el mensaje para que su receptora no tuviera ninguna duda de quién le escribía: -"Hola Elsa, soy Cristininita..." Y a continuación le relataba brevemente sus actividades veraniegas.

¿Qué habrá hecho Elsa para dejar ese recuerdo imborrable en Cristina? Supongo que ni ella tendrá la respuesta.

Por cierto, quién quiera conocer lo que está haciendo Elsa en el Líbano e incluso colaborar puede visitar la web de la organización.

martes, 21 de agosto de 2012

La Lengua de las mariposas

En mi pueblo una vez que sales por la puerta de casa ya estás inmerso en plena naturaleza, así que no es raro que Cristina cazara una mariposa que pasaba en ese momento por la puerta de casa.

La metió en casa para  jugar con ella y la dejó libre en medio del cuarto de estar. Lógicamente el pequeño insecto intentó escapar volando alto, siendo su límite el techo de la habitación.

Cristina -al no poderla alcanzar- le daba órdenes precisas: - "¡Mariposa, baja! ¡Baja! ¡Baja!" Su madre ya cansada de oír los gritos  intentó que cejara en su empeño de hacerla descender: -"Cristina, la mariposa no entiende español"

Durante un momento calló Cristina para pensar cuál sería la solución al problema y la encontró de inmediato: -¡"Mariposa, down!" ¡Down! Down!..."

lunes, 6 de agosto de 2012

Será por la edad

Aunque es verano, en Pamplona de un día a otro pueden bajar mucho las temperaturas y pasar de ir en manga corta a tener que llevar chaqueta por la calle.

Cuando el otro día teníamos que salir de casa le dije a Cristina que se vistiera. Pero al ver que se había puesto un pantalón y camiseta muy cortos le mandé a ponerse  algo más abrigado. De inmediato fue a cambiarse ropa y volvió con algo más apropiado para el día.

Ya  estábamos en la calle cuando exclamó: -"¡Papá, te he engañado!"  Debajo de la camisa se había puesto una camiseta de tirantes. Con la idea de quitarse la blusa y quedarse con la camiseta.

Su idea casi más propia de una adolescente fracasó por su poca malicia al decírmelo, porque le avisé: -"Cristina, no se te ocurra quitarte la camisa".

Pero ya se ve que Cristina va teniendo ideas propias de su edad.