jueves, 22 de noviembre de 2018

18 años aprendiendo juntos


Hoy Cristina cumple 18 años. Una edad especial por muchas cosas importantes que a ella -de momento- le traen sin cuidado.

También es un buen momento para echar la vista atrás y ver el progreso de Cristina que nunca llega a su fin. De vez en cuando aparece alguna conducta que hay que corregir, alguna de ellas, fruto de lo que ha aprendido.

Porque con el tiempo nos damos cuenta que no vale  con aprender nuevas cosas sino hacerlas en el momento que corresponde. Por ejemplo, está bien abrazar a un ser querido, pero no tanto abrazar a alguien que apenas conocemos.
O las bromas, por muy graciosas que sean, no se pueden gastar a todo el mundo.

Lo que antes nos asombraban hacer por primera vez, ahora está en nuestra rutina familiar. Eso sí, siempre con un toque aventurero. Porque a Cristina le seguimos anticipando lo que haremos a lo largo del día pero siempre hay que dejar espacio a los imprevistos. Por suerte, sus reacciones son cada vez mejores y casi siempre hablando con ella se soluciona el problema.

Pero también al echar la vista atrás además de ver cómo ha ido cambiando Cristina podríamos ver cómo hemos cambiado nosotros. Teníamos que enseñar a Cristina a comunicarse, a ser más flexible, a apreciar a los demás, a sentirse querida...

Porque el autismo, es algo más que personas aisladas en su mundo. Yo lo veo como personas que necesitan algo más de ayuda para aprender cosas que el resto de los mortales se supone que las tenemos aprendidas.
A mí me gusta creer que tantas cosas buenas que Cristina ha aprendido también nos han dejado huella en nosotros.

Muchas gracias Cristina por tus primeros 18 años,  por todo lo que hemos vivido contigo, por toda la gente que gracias a ti se nos ha cruzado en nuestro camino y de la que guardamos unos grandes recuerdos.

Y también como no ¡Muchas felicidades!