lunes, 29 de octubre de 2012

Por sí misma

El martes pasado un asombrado profesor universitario me contaba que cierto alumno  le había confesado que estaba en su asignatura porque "su padre se había confundido al hacer la matrícula".

El asombro era porque se había dado cuenta que había  padres que hacían la matrícula a sus hijos. Pero a mí lo que me llamaba la atención era que el hijo echara la culpa de todo a su padre.

Cuando el otro día le mandé a Cristina que preparara el bolso de deporte para al día siguiente, me quedé gratamente sorprendido cuando al momento vino con todas las cosas que le hacían falta.

Nunca hasta entonces lo había hecho y resultó no ser tan difícil ni para ella prepararlo ni para mí pedírselo. Así que ahora tiene una nueva obligación, y tendrá que aprenderla bien para que cuando  se equivoque pueda aprender de su error.

lunes, 22 de octubre de 2012

¡No entres!

Cristina nos sorprende con su nuevo estilo para vestir. Consiste en ir de manga corta pero sin pasar frío, porque por debajo se pone camisetas de manga larga y leotardos. Es necesario decirle de vez en cuando que  se cambie de ropa porque los colores que ha escogido no son los más adecuados.

Así que el otro día -antes de ir al cole- cuando se encerró en su habitación  temí verla salir con un conjunto digno de Ágatha Ruiz de la Prada. Decidí   entrar en su habitación pero prudentemente llamé: -"¡No entres!" Hice amago de girar la manilla: -"¡No entres!"

Le hice caso y esperé hasta que salió  perfectamente vestida con el chándal del colegio.

Aunque con un estilo peculiar en el vestir, Cristina  ya va siendo una señorita. Y cuando dice -"No Entres" por supuesto hay que obedecerla.

lunes, 15 de octubre de 2012

Un gran día

Lo que me sucedió el otro día ya me había otro ocurrido otra vez y también lo conté en el blog. Pero como ha ocurrido de nuevo y me ha hecho casi más ilusión lo cuento otra vez.

Por culpa, o quizás, gracias a la crisis ahora ahora voy al trabajo en bicicleta. Siempre que me voy Cristina está desayunando medio dormida, así que lo único que me dice de forma casi ininteligible es: -"Adiós papá"

Pero ese día ya había terminado su desayuno y parecía haber dormido bastante bien porque se le notaba muy animada. Como pasaba por delante de la puerta le pedí que me la abriese para que yo pudiera salir con mi bici.

Y antes de cerrar la puerta me despide con la siguiente frase: -"Cuidado papá, no caigas" cerrando la puerta a continuación. Me dejó en el rellano con la sonrisa en la boca y pensando que hiciese lo que hiciese ése ya había sido un gran día.