lunes, 28 de mayo de 2012

Más que un diploma

Alguna vez nos habían comentado los beneficios que el Judo tenía para los niños con autismo, así que este curso apuntamos a Cristina a clases de este Arte Marcial.

Supongo que entre los beneficios que ha podido obtener Cristina figurarán, el compañerismo, el autocontrol, etc. Además de practicar deporte.

Así  que cuando este viernes -después de su última clase- traía en las manos el diploma que le hacía acreedora de su cinturón "Blanco-Amarillo" no he podido más que sentirme orgulloso y feliz de mi hija. Pero no sólo por el diploma.

Porque nadie me había comentado que yo también me iba a beneficiar de sus clases:  El día que tocaba Judo, iba a recogerla al cole, con gran satisfacción por parte de los dos. Después, tranquilamente y hasta la hora de clase nos íbamos a merendar a una cafetería disfrutando de la mutua compañía.

Pero lo mejor fue cuando la semana pasada tuve la gran suerte de verla en acción entre decenas de Judokas. Y comprobé que efectivamente el diploma era más que un diploma.





viernes, 18 de mayo de 2012

Entre guisante y guisante

No siempre se tiene la suerte de encontrar guisantes frescos así que cuando los vi en la tienda compré un kilo y me los llevé a casa tan contento. Aunque me quedó  la duda de si sería poca cantidad.

Una vez allí para nada me esperaba que Cristina aceptase mi petición de ayuda para desgranarlos, invitación a la que se unió mi mujer y los tres estuvimos desgranando las verdes legumbres.

Y entre guisante y guisante conseguimos que Cristina nos contase algunas de las novedades de su colegio: -"Iba a ir a un concierto con sus amigos del cole", "Irían en autobús", "Naturalmente se portaría muy bien"...

El kilo de guisantes -tal  como pensaba- no fue suficiente porque no tardamos en pelarlos y Cristina dio por terminada nuestro diálogo cuando el último guisante quedó libre.

Al día siguiente mi mujer los cocinó con jamón y naturalmente quedaron exquisitos. Así que espero volver a comprarlos de nuevo pero esta vez cogeré más cantidad.

viernes, 11 de mayo de 2012

La sonrisa perdida

Cristina se ha pasado enferma casi una semana entera,  como en otras ocasiones  hay una extraña tranquilidad en la casa. Todo es silencio ni siquiera pronuncia alguna de sus ecolalias.

Si yo  fuese malo -más todavía- pensaría que un poco de tranquilidad siempre viene bien, sin embargo verla enferma, tan quieta y callada es algo que nos hace sufrir a todos.

Pero el día que vuelvo del trabajo pensando que seguirá enferma y sin embargo le veo con una sonrisa en su cara -aunque no sea para mí- parece que el mundo entero ha cambiado a mejor.

Porque, aunque todo se puede decir con una sonrisa, a veces cuando alguien te sonríe no hace falta que te digan nada.

viernes, 4 de mayo de 2012

Es lo único que hay que hacer

Cristina ha pasado unos malos días. El sábado pasado se levantó enferma y hoy, por fin, ya parece que se va recuperando. La médico de cabecera le hizo una revisión y para descartar un apendicitis le llevamos a urgencias.

Allí las enfermera que le atendió en primer lugar le preguntó de sopetón: -"Cristina, de 1 a 10 dime cuánto de duele, siendo 1 poco, 10 mucho".

Cristina, que no estaba para intentar descifrar acertijos, ni siquiera le prestó atención. Así que tuvimos que ser nosotros los que tuvimos que decir a la enfermera: -"Tiene autismo, no te va a saber responder si le preguntas así. Sólo sabremos si le duele o no."

Así que la enfermera y el resto de los médicos que le fueron atendiendo, lo único que tuvieron que hacer fue ponerse a su nivel, hacerle las pruebas necesarias para descartar finalmente un apendicitis y mandarnos a casa más tranquilos.