viernes, 21 de junio de 2013

Para el recuerdo





Han sido días de despedida. Parecía que nunca iba llegar el momento, pero el tiempo es inexorable y Cristina debe abandonar el colegio donde ha estado estos últimos años.

Desde la niña -de apenas 6 años- que llegó al aula de su nuevo colegio donde ya Mamen, Agurtzane, Ainhoa, Petri.... sin conocerla ya la esperaban con los brazos abiertos. Hasta la señorita que les ha dejado, han ocurrido muchas cosas y se han sucedido grandes cambios en Cristina y, por qué no, también en nosotros mismos.

Gracias al entusiasmo de Mamen, Cristina iba aprendiendo  a leer, a escribir, a pronunciar frases cada vez más largas, a realizar operaciones cada vez más complicadas... Los nuevos conocimientos y el trato con las personas con las que coincidía hacían que se fuera abriendo cada vez más al mundo que le rodeaba. Nosotros -bastante inexpertos- pensábamos que cada nuevo avance era el definitivo. Sin embargo hemos aprendido que cada logro conseguido era muy importante pero únicamente era la preparación del siguiente.

Ahora sólo se recordarán los buenos momentos, aunque también ha habido malos, pero quién no tiene un mal día. Y sin embargo a Cristina, en todos estos años,  ni un sola vez le hemos visto ir triste o desganada al colegio.

Buena culpa de ello han tenido todos su compañeros, todos sus profesores con Mamen y Agurtzane siempre allí. Pero ha habido otros muchos y, seguro que olvidándome de alguien, aquí van los nombres de algunos de ellos: Petri, Marta, Beatriz, Mª Eugenia, Isabel, Raquel, María, Koldo, Miguelón... Y todas las demás personas que le saludaban con cariño en cuanto la veían.

Mamen nos solía decir que a Cristina le había tocado abrir camino en el colegio, demostrar que una niña con autismo  se podía integrar con los demás estudiantes. Nosotros esperamos que ese camino que haya podido abrir  lo puedan seguir  otros niños, porque de ello todos resultamos enriquecidos.

Al final, los sentimientos se confunden entre la tristeza de dejar a personas muy queridas y la alegría  del futuro que tiene por delante Cristina. Pero jamás olvidaremos estos años ni a las personas que hemos conocido y que han  ayudado tanto a Cristina.

viernes, 14 de junio de 2013

Cambios radicales

Habíamos tardado bastante tiempo en llevar a Cristina a la peluquería,  su flequillo ya  le tapaba los ojos y el resto del pelo hacía difícil verle la cara. Pero eso no era excusa para decir : -"Mamá no te preocupes soy yo", cuando mi mujer le sorprendió en el cuarto de baño.

Su madre no estaba preocupada por la persona que tenía delante, sino que se había quedado traspuesta cuando vio a Cristina, tijeras en mano, con su flequillo cortado siguiendo un perfil "original" y otros grandes mechones de pelo que habían desaparecido de su cabeza.

Tampoco las afirmaciones de Cristina diciendo que "soy peluquera" tranquilizaron a mi mujer. Por suerte, justo ese día habíamos pedido hora en la peluquería. Mª Carmen, que la conoce perfectamente, como siempre hizo muy bien su trabajo y arregló el desaguisado.

Cristina, que hasta hace poco tiempo tenía terror al corte del pelo, ha pasado a ser peluquera y nosotros sin enterarnos. Cambios tan radicales como su nuevo estilo de peinado.


viernes, 7 de junio de 2013

Sin límites

Con Cristina he empezado un pequeño proyecto aventurero. Todos los fines de semana que podamos haremos una excursión. Cogeremos una mochila, bocadillos, agua... Y nos lanzaremos a conocer la geografía. Cualquier destino nos vale, el único requisito es que haya un buen sitio para descansar y comernos nuestros bocadillos.

Además las excursiones las vamos recopilando y guardando en este sitio

Ya llevamos cuatro, de momento son cortos trayectos que seguro que con el tiempo van aumentando. Ya en el horizonte vemos nuevos destinos que descubrir porque tenemos una cosa clara no pondremos límites a nuestras aventuras.