viernes, 30 de julio de 2010

Disfrutando en familia

Durante nuestras pequeñas vacaciones en Cambrils, uno de los días nos acercamos a Port Aventura, un gran parque de atracciones y espectáculos.

También estuvimos hace tres años, y si nos atrevimos a ir fue porque nos dijeron que las personas con alguna discapacidad pueden subir a las atracciones sin esperar cola y acompañadas por otra persona.

Para un niño con autismo puede ser muy difícil tener que esperar que le llegue su turno -de hecho Cristina hace años no consentía en estar esperando que le tocase a ella- y para los padres puede llegar a ser agotador tener que estar pendiente del niño.

Por tanto, la ventaja de no hacer colas con Cristina fue lo que al final nos convenció de ir. Este año además con la ventaja de que Leyre y Cristina han crecido y se podían montar en s más atracciones.

En la primera que nos subimos, con bastante inconsciencia por mi parte, fue en la llamada "Furia de Baco". Esta atracción hace honor a su nombre pues gira furiosamente en todos los sentidos imaginables.

A ninguno nos gustó. Y cuando la atracción paró lo único que  acertó a decir Cristina fue "Uyyyy". Cuando lo normal es que diga: "Otra vez, otra vez"

Mientras estábamos en el parque hubo algo que me sorprendió y fue que en ningún momento nadie nos informó de la posibilidad de que las personas con discapacidad pudieran entrar sin esperar colas. Ni siquiera cuando compré la entrada diciendo que venia una persona con dispacidad. De hecho, no estaba explicado en ningún folleto de los que cayó en mis manos.

Es una pena, porque seguro que muchos padres que estén en nuestra situación se decidieran a ir si conocieran esta ventaja. Igual que Cristina también nosotros podríamos decir "Uyyyy" porque les ha faltado sólo un poco de información, para que otros niños como Cristina disfruten del parque y cuando se vayan puedan decir "Otra vez, otra vez" por lo que bien que se lo han pasado, ellos y toda su familia.

viernes, 23 de julio de 2010

Riéndose del mar

Hemos pasado unos días en Cambrils. Esta es la tercera vez que nos vamos de vacaciones a  la playa y siempre lo hemos pasado muy bien.

Hace algunos años estuvimos en Cangas del Morrazo, fue la primera vez que Cristina se bañó en el mar. Bien por el sabor del agua o porque estaba muy fría, en todos los días que estuvimos allí nunca se mojó más arriba de las rodillas, así que, si no estaba corriendo de un lado para otro,  se pasaba las horas sentada en la orilla jugando con la arena y con el agua. Algo muy tranquilizador para nosotros porque por entonces todavía no sabía nadar.

El siguiente año estuvimos en Salou y parecía que Cristina iba a repetir la historia, porque en cuanto llegó a la playa se sentó en la orilla. Pero de improviso una ola la alcanzó arrastrándola playa adentro dándole un buen revolcón, afortunadamente sin consecuencias. Pero -al contrario de lo que yo esperaba- en vez de desanimarla  fue el estímulo que necesitaba  para meterse al mar y dejar que las olas la zarandeasen de un lado para otro.

Algunos ratos yo mismo  compartía con ella las olas y cuando ya no podía  más  me quedaba vigilando desde la playa porque Cristina nunca daba síntomas de agotamiento.

Este año -en las mismas playas- daba igual lo fuerte que fuese las olas ahí estaba Cristina esperándolas, y cuanto más grande eran éstas  mayor era su risa.

viernes, 16 de julio de 2010

Unas estatuas muy simpáticas


Estos días de San Fermín, como teníamos previsto, hemos ido por Pamplona buscando "las estatuas humanas" y otros artistas callejeros.

Cristina se ha querido fotografiar con todos ellos y estas estatuas tan rígidas y estáticas han resultado ser muy simpáticas una vez que se han movido.

viernes, 2 de julio de 2010

Sanfermines para todos

Dicen que en Sanfermines hay diversión para todos: Para el que le guste mucho la juerga la encontrará sin duda.  Para el que quiera unas fiestas tranquilas y disfrutar con los niños también lo podrá hacer.

Pero para Cristina parecía que no había nada, todos los ruidos estridentes como, charangas, petardos, cohetes, etc. No le gustan nada -como a casi todos los niños con autismo- y las multitudes le descentraban completamente.

Así que fue una sorpresa para nosotros ver que sí había algo que le llamaba la atención: "Las estatuas humanas" Originariamente estas personas representaban verdaderas estatuas porque podían pasarse horas sin moverse. Pero fueron evolucionando y ahora si les dejas una moneda te lo agradecen haciendo una serie de movimientos según el papel que representen.

Cristina se quedaba parada delante de cada una de ellas esperando que hicieran sus piruetas, enseguida se dio cuenta que no lo hacían gratis y siempre acudía a nosotros que le diéramos una moneda.

Por tanto, también hay Sanfermines para Cristina, provistos de  monedas podemos ir por Pamplona recorriendo sus calles y disfrutando de las caras que pone Cristina delante de estas "estatuas". No hay dinero mejor invertido.