viernes, 18 de mayo de 2012

Entre guisante y guisante

No siempre se tiene la suerte de encontrar guisantes frescos así que cuando los vi en la tienda compré un kilo y me los llevé a casa tan contento. Aunque me quedó  la duda de si sería poca cantidad.

Una vez allí para nada me esperaba que Cristina aceptase mi petición de ayuda para desgranarlos, invitación a la que se unió mi mujer y los tres estuvimos desgranando las verdes legumbres.

Y entre guisante y guisante conseguimos que Cristina nos contase algunas de las novedades de su colegio: -"Iba a ir a un concierto con sus amigos del cole", "Irían en autobús", "Naturalmente se portaría muy bien"...

El kilo de guisantes -tal  como pensaba- no fue suficiente porque no tardamos en pelarlos y Cristina dio por terminada nuestro diálogo cuando el último guisante quedó libre.

Al día siguiente mi mujer los cocinó con jamón y naturalmente quedaron exquisitos. Así que espero volver a comprarlos de nuevo pero esta vez cogeré más cantidad.

3 comentarios:

  1. Todo será porque ella os cuente todo lo que hace. Un besazo.

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  2. Buenos días Fernando. Trucos para estirar el chicle sin empacharse de guisantes; alinearlos, hacer doble fila o triple,agruparlos por intensidades de verde, contarlos haciendo grupos de 5, juntar todas las vainas por tamaños y poner nombre a todos los guisantes. Un abrazo.

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  3. es una forma genial para hacer algo juntos y fomentar la comunicación...

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