No tendría Cristina todavía los 3 años y le habían hecho todo una serie de pruebas médicas porque nosotros ya le habíamos notado que algo no iba bien.
Por un tiempo tuvo la costumbre de coger la escobilla del baño y jugar con ella. Yo me enfadaba y se la hacía dejar otra vez en su sitio.
Al poco tiempo volvía a cogerla y si yo no me daba cuenta, me tocaba con ella en el brazo o en la espalda, para que me diera cuenta que la había cogido, y yo vuelta a reñirle. Sinceramente era incapaz de comprender porque además de no obedecerme me retaba de aquella forma.
En las primeras reuniones que tuvimos con los psicólogos para hablar de Cristina yo -como rasgo negativo- les comenté la historia de la escobilla, esperando una típica reacción por su parte: "Eso es muy poco sano", "Tendréis que explicarle que no se puede coger", etc.
Sin embargo, creo que eran dos personas las que estaban con nosotros, al unísono dijeron: -"¡Qué bien, eso es muy bueno!" Así que una actitud tan negativa de repente pasaba ser de lo más positiva. Luego he entendido que con la escobilla de una u otra forma se daba cuenta de mi presencia en su mundo.
Lo de la escobilla duró muy poco tiempo, definitivamente dejó de jugar con ella. Aunque fuese una cosa positiva mejor así. Había muchas otras cosas en casa con las que podía jugar y llamarme la atención.
Hola amigo mio.
ResponderEliminarA si es, al darte en la espalda Cristina te reconocia, curiosa historia que me hace reflexionar y con ella aprender.
Por cierto Cristina esta preciosa.
Feliz fin de semana !
Un besito
sonia
Hola Fernando! Que divina esta Cristina!! Como me gusto lo que contas...y me ayudo a entender muchas de las cosas que me hace Santi...gracias por deleitarnos con las travesuras de Cristina! Besos
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