Hoy es el cumpleaños de mi hermana Aurora (Aurorita, Auris...), nos ha invitado a merendar así que iremos a casa de mis padres a felicitarla y a merendar a su costa. Cristina y el resto del batallón de sobrinos ha tomado por costumbre jugar en su habitación y ella aguanta sin queja la invasión.
Por eso cuando en una ocasión estando en casa de mis padres, me había olvidado de Cristina durante un buen rato y, no viéndola cerca, supuse que estaba en la habitación de Aurora.
Cuando entré se me quedó mirando -empecé a sospechar- y más cuando me di cuenta que una ligera niebla cubría la habitación. Me acordé entonces del mechero que mi madre deja en la cocina y que Cristina coge sin preocupación alguna.
Impulsivamente miré por toda la habitación buscando las llamas que producían ese supuesto humo. El olor que había en la habitación me hizo entrar en razón, no era de humo, era bastante más agradable. Lo entendí enseguida cuando descubrí el bote de desodorante de Aurora casi vacío cerca de Cristina y que había pulverizado por toda la habitación.
Dejé el bote en su sitio, saqué a mi hija de la habitación y pensé que Aurora no echaría de menos la cantidad que faltase en el bote. Si la echó de menos ahora se enterará quién lo malgastó. Pero no creo que este secreto le haga perder la sonrisa.