Ninguna de las dos cosas le gusta. Intenta que le perdonemos lo antes posible pidiendo disculpas y hasta que no le decimos que está perdonada no se queda tranquila.
Pero lo más difícil es el castigo. Tiene que ser un castigo que naturalmente le suponga una contrariedad pero que también sea fácil de cumplir por nosotros porque ella se lo intentará saltar en cuanto pueda. Pero lo más importante es que aunque la hayamos perdonado y haya desaparecido el enfado ni ella ni nosotros podemos olvidar que sigue castigada.
Así que para que se quede tranquila demostrando que no estamos enfadados con ella pero que se lo piense mejor para la próxima vez le decimos: - "Cristina, estás perdonada. Pero sigues castigada"
Claro, el perdón nada tiene que ver con el castigo, debe saber que hay unas normas que cumplir y que si no lo haces pues tiene sus consecuencias. Un besazo.
ResponderEliminar¡Qué difícil es mantener el castigo ante los pucheros! Difícil pero necesario. Suerte que como tía y no madre, me toca castigar poquito. Solo alguna bronca/reflexión que, aunque parece que no escuchan y van de guays, sorprendentemente les queda grabada en la mente.
ResponderEliminarEs cierto que a veces castigar es realmente complicado para los padres, pero lo importante, es que a pesar de que estén castigados, no debemos dejar de tratarlos con cariño y como siempre... porque el castigo ya llega, después es no ceder y cumplir las dos partes con el castigo y perdonar siempre que lo pidan, apesar que los padres perdonamos aunque no lo pidan. Un abrazo
ResponderEliminareso también lo hace mucho una que yo me se... y usar la mirada suplicante para librarse es un clásico jaja
ResponderEliminaros dejo por aquí el enlace a una entrada que he escrito por si os interesa leerla, es una campaña solidaria de recogida de móviles para las personas que tienen síndrome de angelman (cromosoma 15) cuanta más difusión mejor, gracias!
http://manualidadesdeunafuturamaestra.blogspot.com.es/2012/10/campana-sindrome-de-angelman.html
Buenos días Fernando. Creo que el castigo puede ser redimido en familia, con la ayuda de otro que se sacrifique o renuncie al postre o haga algo que explique tan gran misterio contable por la que unos hacen y otros pagan.Un abrazo.
ResponderEliminarImagino que te pasará como a mí, cuando me veo en la necesidad de castigar a alguna, me duele a mí infinitamente más que a ellas. Es la servidumbre de la autoridad.
ResponderEliminarjajajaja ha sido como leer una frase de mi madre cuando era pequeña... ella me decia lo mismo, si perdonarte te perdono, pero el castigo lo cumples. es bueno que los niños sepan que, aunque se arrepientan y se les perdone por sus travesuras todo acto tiene una consecuencia... sois unos padres geniales, se nota...
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