Uno de los platos preferidos de Leyre y Cristina para cenar es una simple tortilla de quesito. Además a Cristina le gusta ayudarme a prepararla. Así que aprovecho para poner en práctica lo que nos ha enseñado Raquel, su logopeda.
Hacemos listas donde vienen numeradas las cosas que va a hacer Cristina. La diferencia con la agenda de pictogramas es que ya no existen los dibujos.
En la foto de arriba ha escrito la receta de la "Tortilla de quesito". Sólo aparecen los ingredientes. Porque además de ellos Cristina ha incorporado una serie de "aderezos" a la tortilla. Por ejemplo: entre los puntos 2º y 3º, siempre coge el último huevo y con mucha ternura le canta la canción de la Gallina Coco GuaGua de Enrique y Ana
Incluso las primeras veces se llevaba el huevo a su habitación para cantarle allí la canción. Había cierta tensión, porque no sabíamos si el huevo iba a volver entero o si se lo iba a guardar entre sus "tesoros". Pero no, el huevo siempre acababa junto con sus compañeros.
La receta es muy fácil y sencilla de hacer, pero en el caso de Cristina se complica un poco más, porque no le gusta el tacto ni del queso ni la clara del huevo, y hace verdaderos esfuerzos para tocarlos lo menos posible.
Hacemos listas donde vienen numeradas las cosas que va a hacer Cristina. La diferencia con la agenda de pictogramas es que ya no existen los dibujos.
En la foto de arriba ha escrito la receta de la "Tortilla de quesito". Sólo aparecen los ingredientes. Porque además de ellos Cristina ha incorporado una serie de "aderezos" a la tortilla. Por ejemplo: entre los puntos 2º y 3º, siempre coge el último huevo y con mucha ternura le canta la canción de la Gallina Coco GuaGua de Enrique y Ana
Incluso las primeras veces se llevaba el huevo a su habitación para cantarle allí la canción. Había cierta tensión, porque no sabíamos si el huevo iba a volver entero o si se lo iba a guardar entre sus "tesoros". Pero no, el huevo siempre acababa junto con sus compañeros.
La receta es muy fácil y sencilla de hacer, pero en el caso de Cristina se complica un poco más, porque no le gusta el tacto ni del queso ni la clara del huevo, y hace verdaderos esfuerzos para tocarlos lo menos posible.
Al final todos los ingredientes terminan en la sartén, y una vez hecha es devorada por Leyre y Cristina. Y así hemos unido educación y cocina. Ni Karlos Arguiñano.
Cristina:
ResponderEliminarA pesar que los problemas sensoriales que tiene con el queso y la clara de huevo, ella se esfuerza y hace las tortillas de queso.
No cabe duda que es una "chef" fuera de serie.
Rosio
Esta tortilla debe ser deliciosa, porque esta hecha con mucho amor. Me encantó la receta. Fantástica entrada. Un beso a todos.
ResponderEliminarQue buena tortilla...les mando un beso y les dejo un premio en mi blog!!! Bettina
ResponderEliminarQuiero esa cocinera en casaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
ResponderEliminarUna tortilla con tanto amor sera riquisimaaaaa, besos a la cocinerita
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