
Mi mujer ha traído a casa este libro de oraciones para niños. En él están las oraciones que desde muy pequeña enseñamos a Leyre a rezar: "Jesusito de mi vida" y la oración del Angel de la Guarda. A Cristina no, porque no hablaba. A pesar de ello Leyre me dijo un día: -"¿Por qué Cristina no reza?"
No supe qué contestar, pero reconocí que Leyre tenía razón: Aunque no supiera hablar Cristina también tenía que rezar. Así que yo empecé a decir por Cristina sus oraciones. Día tras día durante meses y meses.
Luego Cristina empezó a hablar y yo entonces le dejaba que al menos acabase cada frase de la oración, y según iba pasando el tiempo Cristina decía más palabras y yo menos.
Ahora Cristina ya reza ella sola. Yo le digo: - "Cristina a rezar" y empieza a recitar sus oraciones, todavía no pronuncia bien todas las palabras y es posible que no se entere muy bien de lo que dice, pero ¿Quién en el cielo o en la tierra se va a negar a escucharla?
No supe qué contestar, pero reconocí que Leyre tenía razón: Aunque no supiera hablar Cristina también tenía que rezar. Así que yo empecé a decir por Cristina sus oraciones. Día tras día durante meses y meses.
Luego Cristina empezó a hablar y yo entonces le dejaba que al menos acabase cada frase de la oración, y según iba pasando el tiempo Cristina decía más palabras y yo menos.
Ahora Cristina ya reza ella sola. Yo le digo: - "Cristina a rezar" y empieza a recitar sus oraciones, todavía no pronuncia bien todas las palabras y es posible que no se entere muy bien de lo que dice, pero ¿Quién en el cielo o en la tierra se va a negar a escucharla?