La pasada semana Cristina tenía que ir a clase de Logopedia, un poco antes se lo recordé, pero cuando llegó la hora, y me dispuse a salir con ella de casa se negó en redondo.
Tras intentarla convencerla por las buenas decidí ponerme en plan duro e intentar que mi cara se pareciera lo más posible a la de Clint Eastwood en su famosa película.
Si lo conseguí no sirvió para nada, porque a duras penas saqué a Cristina de casa y por la calle seguía llorando agarrándose a cualquier farola o saliente para no ir a clase.
Después de andar un rato de esas maneras, me acabé de dar cuenta que así no se podía ir ningún sitio y volvimos a casa. Yo con un cabreo terrible y Cristina ya mucho más tranquila.
A lo largo de la tarde todavía continuaba enfadado por el "incidente". Cristina, mucho más lista, ya lo había olvidado.
En la película "El Bueno, el Feo y el Malo", necesitaron tres actores para los tres personajes, sin embargo esa tarde yo solo me basté para interpretar los tres papeles delante de Cristina, con peores resultados cada vez.
Si el bueno de Clint se hubiera encontrado en una situación similar, no hubiera tenido problemas, no por su cara de hombre duro, que a Cristina no le asusta, sino porque seguiría ciegamente el guión escrito para él, y lo haría sin cambiar una coma tantas veces como tuviera que interpretar la película.
Sin embargo en la vida real el guión está en nuestra cabeza y muchas veces es necesario cambiarlo, pero lo difícil es darse cuenta de que hay que cambiarlo.
Cuando se ponen cabezones no hay quien pueda con ellos. Yo con Asier he dado en su punto flojo que son las gominolas y como no le dejo comer las que el quiere, cuando vamos a terapia le doy una bolsita para que vaya mas contento. Eso si, que no se me olvide ningun dia porque sino ya la tenenmos montada.
ResponderEliminarSon así, especiales, geniales y ellos mismos.
Paciencia.
Como te entiendo Fernando...con San tampoco logro que haga lo que él no quiere, y si lo logro, me lleva tiempo y esfuerzo!!!! Pero la próxima, tendré en cuenta la cara de Clint...o como último recurso, los confites de chocolate! Si eso no lo logra, entonces Clint también fallará!!!
ResponderEliminarTe felicito por la entrada y espero que ya se te haya pasado el enojo!!! Un beso desde Argentina!!
jaja!, me gustó mucho esta entrada y a comparacion con Clint!...
ResponderEliminarTe cuento q con Valen me pasa lo mismo, cuando se pone en testarudo no hay quien pueda convencerlo de hacer lo q uno quiere y no lo que él quiere... asi q te entiendo perfectamente.
Muchas veces, no todas, me sirve negociar con él: si haces tal cosa, te doy un caramelo, o despues vamos a la plaza, etc, etc. Como digo, muchas veces funciona , pero otras tantas debo desistir para q deje de hacer los berinches... Hay q armarse de paciencia...
Un beso grande!
Pues sí, la cantidad de veces que tenemos que cambiar el guión e improvisar sobre la marcha, sin saber cuál será el resultado.
ResponderEliminarHasta la vista, Clint, je,je.
Besotes.
ES QUE EN LA VIDA CADA UNO ES AUTOR DE SUS PROPIAS OBRAS, YE L GUION HAY QUE CAMBIARLO, PODRA HABER SIMILITUDES PERO SIEMPRE ES NUESTRA HISTORIA
ResponderEliminarAY ESAS RABIETAS AJJAJAJAJA SON TREMENDAS
BESOS