Hemos pasado una semana en mi pueblo en el que siempre los vendedores ambulantes pasan ofreciendo cada cuál su mercancía. Un día le tocó a la vendedora de congelados. Acudimos a su encuentro Cristina, mi madre y yo.
Como ya había varias señoras esperando comprar nos pusimos a la cola. Cristina -a través de los cristales de la furgoneta- ya vio algo que le gustaba y de inmediato lo exclamó: -"¡Judías! ¡Papá, quiero judías!" Le dije que no era nuestro turno y tuve que explicar a las asombradas mujeres que a Cristina le gustaban mucho las alubias verdes.
Cristina, seguía impaciente pidiendo "Judías". Por fin me extrañó su fervor por esa legumbres, que le gustan pero no para tales demostraciones de entusiasmo.
Me acerqué a la furgoneta y mirando donde señalaba, vi que en realidad no quería judías, sino "Gulas" Tras la risa general se las compramos y esa noche cenó como una reina.
Vaya con la confusión, jajajajaja dónde se va a comparar las judías verdes con un buen plato de Gulas!!!!! El vendedor de congelados seguro que se quedó muy contento con tan buena clienta. :) Besos a todos.
ResponderEliminarCristina siempre nos hace reír!
ResponderEliminarSaludos a todos!