Muchas veces nos acercamos a comprar con Cristina al supermercado, naturalmente se le antojan bastantes cosas para meter en el carro, y más en estos días donde las tiendas han estado preparadas para que todos consumamos lo más posible.
Cristina mira los expositores y cuando quiere algo lo pide, a veces toca comprarlo y otras no, casi siempre se queda conforme.
Pero cuando ya hemos cogido algo que ella quería y pide otra cosa le pongo en un compromiso:
- "Cristina, sólo una cosa. Elige una de ellas." La gran decisión a tomar -por ejemplo- puede ser elegir el sabor de los petitsuiss, o entre pipas y pistachos.
Sopesa en silencio las opciones y, finalmente se decanta por una. Puede que más adelante vea otra cosa que también le gusta y tendremos que repetir el proceso. Al final de la compra yo seré más pobre, pero ella se habrá enriquecido un poco más.
Buenos días Fernando. Más que un intercambio comercial me parece que haces una buena inversión con alta rentabilidad.Un abrazo.
ResponderEliminarA este cabezón le han dicho;" La inscripción de tu blog en el directorio está siendo revisada." esperaré pues. No hace falta estar inscrito en el concurso, basta que el blog esté validado -que dicen- por ellos en la blogoteca para poder votar creo haber entendido.
esuna muy buena forma para enseñar a tomar decisiones... hay mucha gente a la que le cuesta, incluso de adultos a veces no sabemos como escoger...
ResponderEliminarFernando, no me creo que luego tú no piques pistachos. ¡Qué bueno es que haya niños para dar una alegría a las muelas...!
ResponderEliminarUn abrazo a los 4
Sin duda estas decisiones le estan favoreciendo mucho. Es un encanto!!!Besos
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