viernes, 21 de octubre de 2011

Un mal paso

Uno de los síntomas del autismo es la gran tolerancia al dolor que tienen algunas personas. Cuando Cristina era más pequeña sí que presentaba este síntoma. Si estaba enferma no podíamos saber si le dolía algo o no, pero actualmente nos lo hace saber sin que nos quede lugar a las dudas y en ocasiones de forma muy exagerada.

El domingo pasado después de hacer una corta excursión por el monte nos acercamos al tranquilo y apacible Castillo de Javier  a comer unos bocadillos. Pero la tranquilidad desapareció cuando Cristina dio un mal paso y cayó al suelo quejándose de un pie. Los gritos de Cristina -jamás le había oído gritar tan alto- seguro que los pudo escuchar San Francisco Javier desde el fondo de su Basílica, además de todas las personas que por ahí deambulaban.

Al principio pensé que estaba exagerando, pero tardaba tanto en calmarse que me lo tomé en serio. Por fin consintió en que la cogiera en brazos para llevarla hasta el coche y posteriormente al médico.

De un extremo de mutismo absoluto ante el dolor hemos pasado a otro de comunicar a pleno pulmón su dolor. Pero hasta encontrar un punto medio prefiero el segundo extremo.

P.D.: El autodiagnóstico de Cristina fue: -"Me he roto el pie izquierdo" Por fortuna la doctora nos dio otro:  esguince de tobillo. Ha pasado toda la semana con muletas.

viernes, 14 de octubre de 2011

Otro mito destruido en el Burguer King

Este sábado pasado nos fuimos a comer a un Burguer King. A Cristina le gustan mucho las hamburguesas así que estaba encantada y se puso en la larga cola a esperar su turno.

Había un montón de gente: en la cola de pedir, en la cola de recoger el menú, gente que pasaba por ahí... De repente se oye un estrépito: un niño de cuatro o cinco años se tropieza y cae al suelo de forma espectacular, afortunadamente sin consecuencias.

Todos nos quedamos mirando al niño que empezó a llorar. Pero sólo una persona se acercó a él y le preguntó si estaba bien además de consolarle. Esa persona naturalmente era Cristina. Así que también ella se une a la Campaña en contra de los mitos del autismo, poniéndola en práctica.



jueves, 13 de octubre de 2011

Como la vida misma

A veces pienso que andar en bici es como la vida misma. Una vez que te montas en la bici si te paras te caes, así que no se puede hacer otra cosa que pedalear.

Una vez en ruta, hay largas y -a veces- penosas subidas, que tarde o temprano se terminan.
Hay alegres y divertidas bajadas, pero uno descubre pronto que no se puede ir siempre cuesta abajo.
Y también hay largas y aburridas rectas, por las que hay que pasar para llegar a algún sitio.

En la bici se descubre que el mejor camino no es siempre el más fácil. Que las moscas sólo te molestan si vas cansado y despacio, pero cuando vas fuerte y rápido no son capaces ni de seguirte.

Me atrevo a escribir otro blog sobre mis experiencias sobre la bici de montaña, espero que llegue a buen puerto. Pinchando aquí lo podéis visitar.

miércoles, 5 de octubre de 2011

El ingrediente que faltaba

Dicen que las Migas de Ujué son las mejores del mundo. Como Cristina soporta ahora mucho mejor las aglomeraciones y las esperas nos acercamos al bonito pueblo en el Día de las Migas,  para comprobar que efectivamente son las mejores.

Se lo dije a Cristina:

- Cristina: -"¿Hormigas?", casi escandalizada
- Yo: -"No, no, migas. Vamos a comer migas a Ujué"

En el pueblo tuvimos que hacer varias colas, hasta que nos tocó nuestro turno para que nos sirvieran las migas y  poderlas devorar.

Una vez que las comimos,  ya estoy seguro que son las mejores del mundo. Además este año tenían un ingrediente que les faltaba en otras ocasiones, Cristina saboreándolas como una más.