Se lo dije a Cristina:
- Cristina: -"¿Hormigas?", casi escandalizada
- Yo: -"No, no, migas. Vamos a comer migas a Ujué"
En el pueblo tuvimos que hacer varias colas, hasta que nos tocó nuestro turno para que nos sirvieran las migas y poderlas devorar.
Una vez que las comimos, ya estoy seguro que son las mejores del mundo. Además este año tenían un ingrediente que les faltaba en otras ocasiones, Cristina saboreándolas como una más.
Mmmmmm! buenos días Fernando. Un rincón navarro espectacular, procuraré dejarme caer por el mesón a devorar migas aunque ya no sea el día, me gusta mucho la zona entre Ujué y Murillo el fruto por donde la ermita.Un abrazo.
ResponderEliminarHola!! no voy a poder probar las migas pero si disfrutar con Cristina...esa foto dice mas que mil sabores!! Besosssssss
ResponderEliminarTu Cristina cada vez más mundana. En el buen sentido de la palabra. Me gustaría probar esas "migas" deben ser una exquisitez. Me alegro de cómo tu niñita va avanzando, mi Negro -a su edad- también lo hace.Van Ahora-ya conmigo no- a lugares como Mundo Marino. Un abraqzo y te felicito porque se ve que has logrado mucho mediante esfuerzo y paciencia.l María.
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