viernes, 3 de abril de 2009

Y la calma volvió al acuario

En casa tenemos un acuario con muchos peces que viven la mar de tranquilos. Viven tranquilos ahora, porque durante un tiempo estuvieron muy estresados. Sin previo aviso podía caer sobre sus cabezas cualquier objeto imaginable. Por supuesto, arrojados por Cristina.

Cualquier cosa que encontrase en su camino le servía para meterlo en el agua; desde libros y folletos publicitarios, hasta teléfonos fijos y móviles. Pasando por pinturas, rotuladores, juguetes, osos de peluche, guantes, bufandas...

No había forma de hacerle entender que, por muy divertido que fuese ver a los peces esquivar todo lo que se les venía encima, no se podían meter todas esas cosas al acuario.
A mí me sigue sorprendiendo que se daba perfecta cuenta de que hacía algo mal, pero la curiosidad de meter algo en el agua era superior a la reprimenda que iba a recibir.

Hasta que un día tuvimos una idea: si era ella la que metía las cosas en el acuario, tenía que ser ella también las que las sacase. Así que, desde ese momento cuando encontrábamos algo metido en el acuario, Cristina estaba con nosotros ayudándonos y no se podía ir hasta que terminábamos de limpiarlo.

Con el tiempo, Cristina dejó de meter cosas en el acuario, ahora le gusta mirar los peces y se pasa ratos observándolos. A simple vista le habíamos dado una lección, pero yo siempre me he quedado con la duda de si verdad la aprendió, o en realidad ya había experimentado con todos los objetos que había por la casa, y su curiosidad se había saciado.

9 comentarios:

  1. Son muy listos y seguro que aprendio la lección. Nosotros también tenemos una pecera, los nuestros esta gordisimos, por la cantidad de comida que le hechan, el agua la dejan turbia.
    Me la imagino metiendo las cosas en la pecera y muerta de risa, para comersela. Besitos a la familia, y buen fin de semana

    ResponderEliminar
  2. Me encantò jajajajaja. Muy buena lecciòn!!!!! pero me imagino la situaciòn jajajaja Pobres peces!!!

    ResponderEliminar
  3. La verdad es que debe ser muy divertido ese juego, ver como reaccionan los peces ante los obstáculos. Es duro aprender que todo lo divertido no siempre se puede hacer... A Gloria le encanta mirar el acuario del centro comercial. Son los únicos animales que le gustan, hay perros, serpientes arañas, conejos... pero ella sólo se queda absorta observando a los peces de colores. Tiene algo hipnótico para ella, o relajante. A veces pienso que Gloria es acuática, el agua es su medio natural.
    Muy bonita esta entrada.

    ResponderEliminar
  4. Saludos, estoy conociendo tu Blog.
    Me encanta el relato y la lección que le enseñaron a Cristina.

    Yo también me hubiese divertido al ver cuando los peces nadan rapidamente para esquivar ser golpeados.

    Hay que ver el lado positivo, te garantizo que si algún día tus peces llegan al mar no hay ningún pez más grande que los atrape, gracias a Cristian su reflejo de supervivencia está súper desarrollado.

    Saludos desde Puerto Rico.

    ResponderEliminar
  5. Hola Fernando que gracia me ha echo las travesuras de Cristina. yo creo que si aprendió la lección, lo gracioso es meterlas sacarlas ya no tanto.
    Mi suegra le regalo hace meses la pecera de NEMO y los cuida mucho pero no permite que los saquemos ni que metamos nada mas, tiene miedo que se escapen como en los dibujos. Le hemos puesto al final un filtro pues se cansaba de filtrar el el agua manualmente y darle oxígenos al agua pero siempre esta pendiente de ellos y los mira y remira mientras dibuja o pinta
    Creo que vamos a comprar una mas grande viendo el exito
    Gracias por compartir vuestras experiencias

    ResponderEliminar
  6. Madre! pobres peces! que estrés! jajaja

    Me suena el tema, mi problema es que cuando vamos al acuario siempre terminamos en berrinches porque no quiere marcharse, hemos llegado a pasar incluso 2 horas de reloj...

    Curioso, porque en casa hemos tenido peces y ni caso! jejeje no hay quien lo entienda.

    Me echas una manita? si te parece bien colabora en otorgar este premio a quien creas que se lo merezca, pasa por aqui por favor
    http://hastalalunaidayvuelta.blogspot.com/2009/04/anonimos-con-el-autismo.html

    Un beso enorme

    ResponderEliminar
  7. jajaja yo me estoy riendo, pero supongo que ustedes no lo hacían. Fernando ella ha aprendido. Tengo una pecera (ahora han quedado solo 2), a los niños les encanta tirar cosas dentro de ella y disfrutan mirando...buena semana y besitos Cristina!!!

    ResponderEliminar
  8. Siempre me gusta mucho leer tus entradas por el toque de humor tan bueno que les das. A mí siempre me sacas la sonrisa.
    Los pobres peces, como dices, ya tienen su calma. Por cierto, ¿por qué les gustarán tanto a la mayoría de nuestros peques?
    Besotes.

    ResponderEliminar
  9. Hola Soy Bettina, la mama de Santi. Hoy llegue a tu blog y me rei mucho con las travesuras de Cristina!!! Yo tuve una pecera y Santi se quedaba hipnotizado mirando los peces!! Pero la tenia en un lugar alto asique nunca se le ocurrio tirar nada, pero si disfrutaba del momento de limpiarla, menos yo! Y al final la regale al colegio!!JA! Me diverti mucho y te dejo mi blog
    http://santitequiero.blogspot.com

    ResponderEliminar